El Viernes Santo en Etzatlán, Jalisco, es una celebración profundamente arraigada en la tradición religiosa y cultural de sus habitantes.
Este día se vive con una intensa espiritualidad, donde la comunidad se une en una serie de rituales y actividades que conmemoran la crucifixión de Jesucristo
Desde las primeras horas de la mañana, el ambiente se llena de reverencia.
La iglesia y santuarios del pueblo, son adornados con telas moradas y símbolos religiosos, ofrecen misas y momentos de oración.
Los fieles asisten con devoción, participando en la liturgia que incluye la lectura de la Pasión de Cristo, donde cada palabra resuena con un profundo significado para la comunidad.
Uno de los momentos más esperados es el Vía Crucis, que se lleva a cabo por las calles de Etzatlán.
Este recorrido simbólico representa el camino de Jesús hacia su crucifixión y es una oportunidad para que los feligreses mediten sobre el sacrificio que hizo por la humanidad.
Durante la procesión, se representan las estaciones del Vía Crucis, con personas que asumen diferentes papeles, evocando el sufrimiento y la solidaridad.
El sentido de comunidad se fortalece durante estas actividades, ya que tanto jóvenes como mayores participan activamente, llevando cruces, antorchas y cantando himnos que evocan el dolor y la esperanza.
La atmósfera es de reflexión, y en cada rincón del pueblo se pueden ver signos de fe y compromiso espiritual.
La adoración de la cruz es otro de los momentos solemnes del día. Los feligreses se acercan a venerar la cruz, símbolo del sacrificio de Cristo, mientras participan en oraciones y cantos que expresan tanto luto como anhelo de redención.
Este acto de devoción une a la comunidad en un sentimiento de pertenencia y esperanza.
En Etzatlán, el Viernes Santo es también un día de ayuno y abstinencia.
Las familias se reúnen para compartir alimentos tradicionales, aunque a menudo limitados a pescados y verduras, en un acto de penitencia que refleja la seriedad de la conmemoración.
Al caer la tarde, muchos habitantes participan en procesiones que recorren las calles, llevando imágenes de la Virgen María y de Jesucristo crucificado.
Estas manifestaciones no solo son un acto de fe, sino también una expresión cultural que resalta la identidad del pueblo y su profundo sentido de pertenencia religiosa.
El Viernes Santo en Etzatlán culmina con un ambiente de introspección y esperanza, preparándolos para la futura celebración de la Pascua.
La comunidad, unida en oración y reflexión, espera con anhelo el Domingo de Resurrección, cuando se celebra la victoria de la vida sobre la muerte.
En este sentido, el Viernes Santo no solo es un día de luto, sino también un recordatorio del amor eterno y la promesa de redención.
José Antonio Siordia Barboza, representó a Jesús de Nazareth, hijo de José.
Información, y fotografías: Gobierno de Etzatlán, 18 de abril, 2025.
Edición de fotografías: J. Carlos C.
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2 comentarios:
Excelente Juan Carlos, gracias por compartir ta clara y emotiva información…
Gracias por leer, y apoyar el blog. Cada persona suma a este proyecto, el cual, únicamente se desea compartir información que se ha ido olvidando, queremos que este espacio dure por mucho tiempo.
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