(Imagen recreada, ilustrativa)
Everardo Topete Árcega.
El 30 de noviembre de 1890, nació en Etzatlán, Jalisco, el político Everardo Topete Arcega; fue hijo de Doroteo Topete Gómez y María de Jesús Arcega; efectuó sus estudios primarios su tierra natal de donde pasó al Liceo de Varones de Guadalajara.
Fue electo gobernador del Estado para el periodo de 1935 a 1939; su gubernatura se caracterizó por el conflicto estudiantil originado por la implantación de la educación socialista impulsada por el gobierno de Lázaro Cárdenas, que culminó con la fundación de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
Durante su gobierno fue contratado el pintor zapotlense, José Clemente para que pintara la cúpula del Hospicio Cabañas, donde plasmó una de sus más grandes obras: El Hombre de Fuego. Al terminar su periodo, Everardo Topete poco a poco se retiró de la política y murió en el año de 1979.
Cursó desde sus primeros años de instrucción primaria en el pueblo minero de El Zopilote, en el municipio de Santiago Ixcuintla, Nayarit.
Así, fue hasta por 1905 que Everardo Topete continuó su estudios en el Liceo de Varones de Guadalajara, ciudad en la que a los 18 años se casó con Virginia Julieta Jiménez, de apenas 16 años, y con la que tuvo sus cinco hijos: Ramona, Virginia, Julieta, Lupercio y Alberto.
Fue en 1913 que trabajó como empleado de correos, también se dedicó a la agricultura y la ganadería hasta que, en tiempos de la primera Guerra Cristera, mediados de 1927 a 1930, de los tres alcaldes con que contó dicho municipio en el contexto de una grave inestabilidad general a todo el occidente mexicano, entre 1930 y 1931 logró por fin ser presidente municipal de Etzatlán.
Luego de ello, se tiene el documento que para junio de 1932 Everardo Topete fue diputado local; en tal contexto, si desde mayo de 1933 varios diputados federales manifestaron su apoyo al general michoacano Lázaro Cárdenas para que ocupase la silla presidencial a partir del 1 de diciembre de 1934, aunque poco antes en Jalisco, un grupo encabezado por el Gobernador del Estado Sebastián Allende Rojas y por Jesús González Gallo, presidente del PNR local y futuro Gobernador de 1947 a 1949, a su vez se pronunciaron en favor de Manuel Pérez Treviño; fue desde en junio de 1933 que arriaron banderas luego de que Plutarco Elías Calles apoyó públicamente a Cárdenas, justa y precisamente en Guadalajara.
Sin embargo después, al llegar el momento de cambiar gobernador en Jalisco, fueron éstos mismos los que con el respaldo de Calles precisamente lograron que Everardo Topete le ganara al candidato de Cárdenas, que era don Silvano Barba González (ex gobernador interino entre 1926 y 1927).
De esta forma, convertida la capital jalisciense en bastión del callismo, luego que el 20 de julio de 1934, Plutarco Elías Calles se dirigiese al pueblo de Jalisco para expresar su opinión sobre la reforma al artículo 3º de la Constitución en un mensaje que fue conocido como el "Grito de Guadalajara", el 1 de marzo de 1935 Everardo Topete juró como Gobernador de Jalisco en sustitución, precisamente, de Sebastián Allende Rojas.
Fue precisamente al inicio de su gobierno que, en términos educativos y auspiciado por su hermano el entonces presidente del Partido Revolucionario Mexicano -PRM- en Jalisco, Florencio Topete, justo en marzo el coreógrafo pionero de la danza folklórica jalisciense Francisco Sánchez Flores creó y popularizó su novel espectáculo folklórico denominado “La Canción del Ejido”, que finalizaba con el son “La culebra”, luego que –como el gobernador Topete- de trataban de elementos tomados de descendiente de inmigrantes tepiqueños a Jalisco (de quienes confesará en su autobiografía de 1984 el haber aprendido de ellos a bailar estos sones y jarabes mariacheros de su fallecido tío abuelo, el coronel José Trigo, excelso bailador de jarabes en su natal Ciudad de Tepic de finales del siglo XIX, así como en las haciendas del oriente de la entonces jurisdicción de Santiago Ixcuintla: precisamente la región de infancia de Everardo Topete).
Más, aunque como era de esperarse en su gobierno se encontró con muchos problemas encabezados por una difícil pacificación básicamente encabezados por los referentes a la educación y los repartos agrarios.
Su administración se alineó a las determinaciones del presidente de la república. Las centrales obreras callistas y las agrupaciones de derecha fueron los primeros obstáculos a los que se enfrentó. Y por su parte Cárdenas, cuando se dedicó a erradicar el callismo del país, brindó especial atención a Jalisco y, en Guadalajara, pidió personalmente a los obreros y campesinos el respaldo al gobierno de Topete y se comprometió con ellos a poner en práctica lo estipulado en el plan sexenal. Por su parte, a los campesinos los invitó, además, a formar una sola central que velara por sus intereses, y con esa finalidad creó en el estado una organización de obreros y campesinos llamada Frente Único Obrero-Campesino, que presionó a Topete para que paso a paso llevara a la práctica las reformas sociales que el pueblo de Jalisco exigía, de forma que siguiendo la política cardenista, Topete comienza el reparto de 438 mil hectáreas a los campesinos jaliscienses y también dota de los servicios de agua potable y drenajes a varias poblaciones, construye las primeras unidades de vivienda popular, reconstruye el Parque Morelos y pavimenta a base de concreto de las principales avenidas de la capital tapatía.
Pero además, y en beneficio permanente de su baluarte Etzatlán (justo el año en que Rigoberto Ochoa Zaragoza nace en él), Topete hizo renombrar su plaza en honor a su hasta entonces único gobernador Antonio Escobedo I. Daza, colocándole su todavía kiosco, bancas y albortantes de origen francés.
Sin embargo ese mismo 1935, un hecho violento reacomodó en favor del cardenismo las fuerzas políticas de la entidad. El asesinato de dos diputados de las filas cardenistas provocó que los partidarios de éstos se propusieran ratificar a la familia revolucionaria. Decidieron formar una organización que los integrara a todos. Entre sus objetivos destacaba la laucha por ganar espacios tanto en el gobierno como en el Comité Directivo Estatal del PNR. Sin embargo, la oposición del gobernador y del allendista Jesús González Gallo lo impidió. Como la lucha entre callistas y cardenistas continuó, no sólo en Jalisco, sino en todo México, Lázaro Cárdenas no tuvo otra opción más que expulsar del país al Jefe Máximo (Plutarco Elías Calles) y a sus colaboradores más cercanos” en un hecho que, por inusitado, culminaría en el nacimiento del Partido Revolucionario Institucional y cuyos efectos nos afectan aun hasta hoy.
Más, al saberse en Guadalajara la salida de Calles, un importante grupo de políticos encabezados por el cardenista Silvano Barba González comenzó a pugnar por la caída de Topete; sin embargo, la legislatura del estado y el propio presidente Cárdenas le hicieron patente un respaldo tan decidido que, a fin de cuentas, lo sostuvo en el cargo hasta finalizar su periodo.
Así, si fue en su gobierno cuando el presidente Cárdenas prohibió que se enseñara la religión en las escuelas y en la Universidad de Guadalajara los alumnos y maestros hicieron constantes huelgas que llegaron a paralizarla temporalmente, generando la renuncia del rector Enrique Díaz y su clausura; fue el 3 de marzo de 1935 que con el apoyo económico del clero y de empresarios que también se oponían al proyecto de educación socialista del presidente Cárdenas, la Federación de Estudiantes Universitarios de Jalisco formó una nueva Universidad, la primera universidad privada y autónoma de México, llamada Universidad Autónoma de Guadalajara y misma que eligió a José Antonio Leaño Álvarez del Castillo como su primer rector.
Por su parte, entre otras obras materiales durante su gobierno (1935 – 1939) fue que se concluyó el edificio proyectado para el Poder Legislativo, actualmente ocupado por la Rectoría de la Universidad de Guadalajara (si bien cuando se concluyó la obra, ésta le fue entregada a la Dirección de Estudios Superiores y nuevamente el Poder Legislativo volvió a quedarse sin edificio propio), y, para 1936 y con el objetivo de poder pavimentarlas en los siguientes años, construye los caminos de terracería de Guadalajara a Autlán, de Guadalajara a Puente de Calderón y Lagos de Moreno, la carretera Guadalajara a Tequila hacia Tepic y el camino carretero de Guadalajara a Chapala que, para financiarlo, enajenó el edificio de la antigua Real Universidad de Guadalajara provocando su desafortunado derribo (a única excepción de su templo de Santo Tomás, hoy Biblioteca Iberoamericana); hecho que se sumó a la fatalidad del incendio que también destruyó el interior del virreinal templo principal del ex convento de San Francisco de Guadalajara.
Además, el 18 de marzo de 1936 y como también lo aplicó a otros movimientos sociales similares, Topete también terminó violentamente con la huelga del Sindicato de Ordeñadores Revolucionarios, alegándose que dicha huelga “había tomado proporciones alarmantes y ya se habían cometido dos asesinatos a causa de ello”. Pero a la par, fue también en 1936 que se formó la CTM, Confederación de Trabajadores de México, que desarrolló al movimiento del sindicalismo, y también la CNC, Confederación Nacional Campesina; y, promocionándose al ejido y la importancia del reparto agrario, se fundaron el Banco Nacional de Crédito Agrícola y el del Crédito Ejidal, para ir apoyando a la esperada Reforma Agraria que sobrevendría, al tiempo que se construyen diversos centros escolares, se da notable impulso a la enseñanza de jardín de niños.
Más fue también en 1936 cuando, habiendo fundado su prestigiosa Academia Musical desde 1919 y originario el maestro Ramón Serratos de Compostela, Nayarit, fue entonces que emigró a la Ciudad de México, en forma paralela a que la cinta Allá en el Rancho Grande, protagonizada por Tito Guízar, inauguró un género considerado como el punto de partida de la Época de Oro del cine mexicano, donde personajes entrañables como Pedro Infante, Jorge Negrete o Javier Solís se encargaron de proyectar el mariachi y al charro, pero al estado de Jalisco gobernado por Topete, en los nuevos símbolos de la identidad nacional mexicana que dio a conocer al mariachi, el tequila y la charrería como símbolos apropiados por Jalisco a nivel internacional.
Fue en tal contexto que el 24 de julio de 1937 y con la ayuda del Congreso del Estado, el gobernador Topete restableció la Universidad de Guadalajara, donde puso como rector al Lic. Constancio Hernández Alvirde, y mismo año en que emprendió el remozamiento del Hospicio Cabañas que culminaría, desde el 1 de noviembre, con la decoración de la capilla Clementina cuya máxima expresión sería su cúpula con "El hombre envuelto en llamas" obra de José Clemente Orozco que luego se extendería a la escalera principal del Palacio de Gobierno y al Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, así como para la conformación de la Unión de Pintores y Escultores de Jalisco, precisamente bajo la guía de éste artista de izquierda.
Desde 1938 (por cierto año de nacimiento de Liberato Montenegro Villa en La Mazata, cerca de su pueblo de origen), la sucesión del gobernador Topete produjo una nueva ebullición en Jalisco porque contendió en las urnas con el antiguo y prestigiado villista Julián Medina, por el Partido Socialista Reivindicador de forma que, finalmente derrotado por el candidato del PNR Silvano Barba González, fue a éste a quien el 28 de febrero de 1939 le entregó la gubernatura y poco a poco se retiró de la política.
Más todavía herencia de su política cultural, la puesta folklórica “La Canción del Ejido” seria mostrada en Autlán, Jalisco, durante la visita del candidato priista Manuel Ávila Camacho mismo que, ya electo presidente de la República, dispuso el presentarla durante las celebraciones por su toma de posesión en la Ciudad de México como una función de gala en Bellas Artes y luego otra en la residencia oficial de Los Pinos, ante el saliente presidente Lázaro Cárdenas y su señora esposa para, enseguida, iniciar una corta temporada en el Palacio de las Bellas Artes e iniciando, con ello, su popularización nacional y mundial de la mano del famoso Ballet Folklórico de México, dirigido por la coreógrafa capitalina Amalia Hernández.
Everardo Topete Árcega, murió en Guadalajara, Jalisco, el 18 de diciembre de 1978.
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Créditos:
Carlos Enrique Parra Ron,
Francisco Samaniega,
Carlos H. Loza Gutiérrez,
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Fuentes:
https://drive.google.com/file/d/1z-lzgu0_iT8w6rg2wjR9escJo7vOwdIe/view?usp=drive_link
https://drive.google.com/file/d/1nzj_XXa4pLoqQyvrFzrit7gL9ZsknDo5/view?usp=sharinghttps://muse.jhu.edu/pub/320/oa_monograph/chapter/2582065
https://info.jalisco.gob.mx/sites/default/files/leyes/C%C3%B3digo_de_Procedimientos_Civiles_del_Estado_de_Jalisco_2011_0.pdf
https://contraloriageneral.udg.mx/sites/default/files/2021-10/13-com.-educ.-y-hac.-iv-2013-182-edificio-rect-febrero-2013.pdf
https://respaldo.ameca.gob.mx/files/TransparencyContent_0044_pgOytkhB.pdf