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28 abril 2025

Marcha de Etzatlán (canción)

(Imagen recreada, ilustrativa)

La marcha: "Etzatlán", compuesta por el Sr. Francisco Estrada Uribe, con letra del Sr. Ramón Álvarez, es una pieza emblemática de la identidad musical de la municipalidad de Etzatlán, Jalisco.

Es una melodía sin igual, que la gran mayoría del pueblo Etzatlense identifica, y que ha tenido diversas interpretaciones por agrupaciones y artistas de antaño, así como también, de contemporáneos, de los cuales, ya hemos hablado un poco en nuestra nota: "Canciones de Etzatlán", misma que puede leer y escuchar en la siguiente dirección electrónica: 

https://etzatlanjalisco.blogspot.com/2025/03/canciones-de-etzatlan.html

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Se encontró un registro de su partitura, en el libro: "Canciones de México, Volumen 2", específicamente, en las páginas: 160 - 161. A continuación, se muestran una fotografía de un engargolado que se encuentra en posesión del C. Ramiro Olmos:

Fotografía, publicada por Carlos Enrique Parra Ron.

Esta, es la portada del libro en cuestión:

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Existe una canción grabada de la Banda municipal, que solía tocar esta pieza en el kiosco de la plaza de armas, a continuación, podrás escucharla, presionando el botón de reproducción:

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Nos dimos a la tarea de transportarla basado en la única fotografía existente, y el registro de audio de las campanas que sonaban en el ayuntamiento, por lo que se recreó completando la parte faltante, tomando en cuenta la armadura y demás elementos de la composición, quedando como resultado, lo siguiente:

Te compartimos la partitura en digital de la recreación de: "La Marcha de Etzatlán". Cabe aclarar, que la parte original, abarca hasta el compás número 23, el resto, fue recreado por nuestra parte, tomando en consideración lo antes mencionado.

 

Si algún lector, tiene el documento íntegro de la partitura original, sería de mucha ayuda poder tenerlo para compartirlo aquí, se ofrecerá el crédito correspondiente.

Comunicarse en nuestro perfil de facebook, o al siguiente correo: etzatlan.jal.oficial@gmail.com muchas gracias.

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Datos adicionales:

- Se tenía la creencia que la autoría del la misma, era del finado: Fray Guadalupe Michel O.F.M, quien la interpretó en varias ocasiones con su orquesta, lo anterior se corrobora a lo plasmado en la página 18, de la Gaceta Municipal, número 3, de fecha 23 de junio de 2014;

- Se tienen registros de que esta canción, solían cantarla en la escuela primaria "María Monroy", allá por 1951;

- Al Mtro. Francisco Estrada Uribe, le conocían bajo el mote de: "El Churris", nacido en 1904, fue un destacado músico y director de la orquesta sinfónica local, dedicando su vida a la enseñanza y composición musical, así como también destaca su gusto por la poesía, además que trabajó como servidor público en el municipio de Etzatlán. Al inicio de la publicación, se encuentra una fotografía recreada de él tocando el piano. Aquí, te mostramos una fotografía de él:

- En la presidencia del municipio, solía escucharse esta melodía al sonar su reloj cada 45 minutos, la cual, fuere instalada por el maestro Andrés Avelino Topete de León, en la remodelación de la presidencia, y construcción de su segundo piso (1977 - 1979), el cual, dejó de funcionar en los años del 2000 - 2003, no fue hasta el año de 2019 -en la administración del Ingeniero Mario Camarena González Rubio-, que se volvió a instalar, lamentablemente, solo se puso en funcionamiento aproximadamente un año. Se tiene la creencia, de que se descompuso y ya no se volvió a intentar reparar. Solo se tiene una grabación de la melodía, misma, que aquí te mostramos a continuación:

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Por último, compartimos la letra de la misma, para su deleite:

Etzatlán 
Autor de la letra: Ramón Álvarez
Compositor: Francisco Estrada Uribe

Etzatlán, rinconcito de bellezas 
hechiceras sin igual,
tus alegres, mañanitas se reflejan
en tu cielo de cristal.

Eres canto, de jilgueros 
y sonrisas de mujer,
Madrigal, de fragancias exquisitas
 dulce arrullo de un querer.

Etzatlán, Etzatlán, 
de Jalisco florido vergel,
tus mujeres te darán, 
la fragancia y el olor del jazmín,
tierra de ensoñación 
mis cantares te dirán...
¡Que tuyo es mi corazón! 
¡Que te quiero con amor!
¡Etzatlán, Etzatlán, Etzatlán!

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Agradecimientos:

- Al documentalista, e historiador: Carlos Enrique Parra Ron, por proporcionar información, letra, y partitura de la canción: "Marcha de Etzatlán";

- (Póstumo): Al extinto promotor de cultura y creativo: Daniel Velázquez, por la canción extraída del disco: "Etzatlán, de 2001-2003";

- A Juan Estrada Gómez, por la fotografía antigua, en la que aparece el maestro Francisco Estrada Uribe.

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18 abril 2025

La procesión del silencio, en Etzatlán.


La Procesión del Silencio en Etzatlán es una tradición religiosa que se lleva a cabo durante la Semana Santa, especialmente el Viernes Santo. 

Se caracteriza por el recogimiento y la reflexión, con los participantes portando cruces de madera y, en algunas ocasiones, pañuelos con coronas de espinas. 

La procesión generalmente comienza en la Parroquia de Etzatlán y recorre las calles del pueblo, con la participación de la mitad de la población y la otra mitad observando.


Elementos clave de la Procesión del Silencio en Etzatlán: 

Recogimiento y silencio: La procesión se caracteriza por la ausencia de música o cantos, promoviendo un ambiente de reflexión y devoción. 

Atuendo y cruces: Los participantes, visten atuendos oscuros, largos, usando una máscara en forma de pico, así como también, en sus pies llevan amarradas cadenas que suenan al momento en que caminan, algunas personas van descalzas por todo el camino, al sonido del tambor que va al inicio de la procesión.  


Marcha nocturna: La procesión generalmente se realiza durante la noche, lo que añade un elemento de solemnidad y misterio. 

Tradición arraigada: La Procesión del Silencio es una tradición muy arraigada en Etzatlán, con una larga historia de celebración. 

Participación de la comunidad: La procesión cuenta con la participación de la comunidad, tanto en la marcha como en la observación, según el Plan de Desarrollo Municipal de Etzatlán. 

Relación con la Semana Santa: La Procesión del Silencio es una de las expresiones más importantes de la celebración de la Semana Santa en Etzatlán, junto con otros eventos como el Viacrucis Viviente y la Última Cena. Estas actividades religiosas son parte de la cultura y tradición de la región, atrayendo a visitantes y lugareños.

Ejemplo de la celebración: La Procesión del Silencio en Etzatlán se lleva a cabo el Viernes Santo, siguiendo la tradición de la Parroquia. La celebración incluye la adoración de la Santa Cruz y el Rosario de pésame, culminando en la Marcha del Silencio.

Al terminar la procesión, tanto en el templo de las Hermanas Clarisas Capuchinas, como en la Parroquia la Purísima Concepción. Ofrecen el cordón bendito y cruces de palma benditos para los fieles devotos. 



Fotografías y videos: Magaly González.

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Viernes Santo, en Etzatlán.

 

El Viernes Santo en Etzatlán, Jalisco, es una celebración profundamente arraigada en la tradición religiosa y cultural de sus habitantes. 

Este día se vive con una intensa espiritualidad, donde la comunidad se une en una serie de rituales y actividades que conmemoran la crucifixión de Jesucristo

Desde las primeras horas de la mañana, el ambiente se llena de reverencia. 

La iglesia y santuarios del pueblo, son adornados con telas moradas y símbolos religiosos, ofrecen misas y momentos de oración. 

Los fieles asisten con devoción, participando en la liturgia que incluye la lectura de la Pasión de Cristo, donde cada palabra resuena con un profundo significado para la comunidad.

Uno de los momentos más esperados es el Vía Crucis, que se lleva a cabo por las calles de Etzatlán. 

Este recorrido simbólico representa el camino de Jesús hacia su crucifixión y es una oportunidad para que los feligreses mediten sobre el sacrificio que hizo por la humanidad. 

Durante la procesión, se representan las estaciones del Vía Crucis, con personas que asumen diferentes papeles, evocando el sufrimiento y la solidaridad.

El sentido de comunidad se fortalece durante estas actividades, ya que tanto jóvenes como mayores participan activamente, llevando cruces, antorchas y cantando himnos que evocan el dolor y la esperanza. 

La atmósfera es de reflexión, y en cada rincón del pueblo se pueden ver signos de fe y compromiso espiritual.

La adoración de la cruz es otro de los momentos solemnes del día. Los feligreses se acercan a venerar la cruz, símbolo del sacrificio de Cristo, mientras participan en oraciones y cantos que expresan tanto luto como anhelo de redención. 

Este acto de devoción une a la comunidad en un sentimiento de pertenencia y esperanza.

En Etzatlán, el Viernes Santo es también un día de ayuno y abstinencia. 

Las familias se reúnen para compartir alimentos tradicionales, aunque a menudo limitados a pescados y verduras, en un acto de penitencia que refleja la seriedad de la conmemoración.

Al caer la tarde, muchos habitantes participan en procesiones que recorren las calles, llevando imágenes de la Virgen María y de Jesucristo crucificado. 

Estas manifestaciones no solo son un acto de fe, sino también una expresión cultural que resalta la identidad del pueblo y su profundo sentido de pertenencia religiosa.

El Viernes Santo en Etzatlán culmina con un ambiente de introspección y esperanza, preparándolos para la futura celebración de la Pascua. 

La comunidad, unida en oración y reflexión, espera con anhelo el Domingo de Resurrección, cuando se celebra la victoria de la vida sobre la muerte. 

En este sentido, el Viernes Santo no solo es un día de luto, sino también un recordatorio del amor eterno y la promesa de redención.

José Antonio Siordia Barboza, representó a Jesús de Nazareth, hijo de José.

Información, y fotografías: Gobierno de Etzatlán, 18 de abril, 2025.

Edición de fotografías: J. Carlos C.

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02 abril 2025

Patrimonio Cultural Intangible de Etzatlán, Jalisco.


– Ceremonias, Fiestas, Tradiciones – 


Fiestas del Señor de la Misericordia: Es el Santo patrono de Etzatlán, se festeja con un novenario, misas solemnes, serenatas castillos y peregrinaciones, cohetes, repique de campanas, arreglos en las calles y fachadas de las casas, el último día del novenario que invariablemente es el último domingo del mes de Octubre, es el día de los hijos ausentes que son los nacidos en estas tierras y que por algún motivo ya no radican en ella, los cuales se unen a los festejos con una peregrinación y la recepción de ésta en el templo de la Purísima Concepción. 

Los festejos son de máxima importancia para la localidad ya que la participación de los barrios se hace presente, así mismo, existen familias y/o asociaciones, que por tradición y herencia son los benefactores y patrocinan generalmente un día de la fiesta.


Fiesta de las Cruces: La fiesta de la santa cruz que se celebra el 3 de mayo de cada año a la cual también se le realiza un novenario, esta práctica de origen colonial tiene como primigenia intención la de proteger a la población de las fuerzas del mal circundando la población con altares dedicados a la cruz. En las fiestas de las cruces, éstas son trasladadas a la parroquia de “La Purísima Concepción” donde permanecen por espacio de una semana, durante la cual, en cada barrio donde existe una cruz se levanta una lujosa ermita adornadas con telas de colores, papel de china, flores y festones, en la que se danzan hombres y mujeres vestidos de aztecas con tambores y coreografías. Entre estas danzas destaca la danza de conquista.


Los Nardos: En el Municipio de Etzatlán, agosto, es el mes de los nardos, ya se hizo tradicional que en este tiempo algunas personas vayan al cerro a cortar esta bella y aromática flor del nardo, misma que los domingos suelen vender en la plaza. En distintos lugares se ven los chiquigüites llenos. 

La tradición a la fecha, ya no es practicada por los pobladores, pero en sus tiempos, consistía em que  los jóvenes compren sus nardos y en las vueltas de la serenata dominical se los den a las muchachas que les agraden, diciéndoles: "¿me regalas una vuelta?" ofreciendo el ramo de nardos, y si la señorita le acepta, el joven se va con ella y en algunas ocasiones ahí empieza el noviazgo llegando hasta el matrimonio. Y desde hace mucho tiempo que se perdió la tradición del último día del mes de agosto cuando se celebraba el famoso "baile del nardo" que se llevaba a cabo en el Club de Leones Campestre. 


El Nardo Es una de las plantas de jardín más populares del mundo, estimada generalmente por la belleza de sus blancas flores y lo intenso de su agradable perfume. Es originaria de México, de donde fue enviada a Europa, juntamente con ejemplares de otras flores mexicanas. España envió el nardo a Holanda, en donde se cultivó con esmero y se propagó intensamente, comercializándose su cultivo. Su intenso aroma es más penetrante en las últimas horas de la tarde, siendo más perfumadas las variedades sencillas que las dobles. 

La planta es, liliácea, de olorosas flores, tuberosa, y en Europa se le identifica con el espicanardo. Los bulbos del nardo requieren tierra bien drenada para su cultivo, rica en materias orgánicas; después del corte de flores, se sacan estos bulbos de la tierra, antes de que aparezcan las primeras heladas, poniéndolos a secar y guardándolos para el próximo año, en lugares bien secos y aireados. Sé obtienen flores en verano, haciendo plantaciones de bulbos escalonados, durante tres o cuatro semanas, en el verano anterior.

Para tener flores en invierno los jardineros retardan la floración, poniendo las macetas en lugares fríos, durante el invierno. Llevada de la Virgen de San Juanito de Escobedo (Virgen del Pueblito): Cada año, el segundo lunes del mes de octubre los Etzatlenses acompañan en caminando romería a la Virgen del Pueblito, hasta la población de San Juanito de Escobedo, virgen a la que se le atribuyen muchos milagros y es muy venerada en la Región. 



Fiesta del Señor de El Amparo: En el año de 1934 llega la imagen de Jesucristo al templo de la población pues se dice que antes no tenía un Santo Patrón y fue el padre Francisco (Pancho) Vizcarra quién aconsejara a los feligreses que era muy importante tenerlo, por lo que con la cooperación de los patrones, comerciantes y mineros se mandó hacer una imagen de Jesús crucificado al cual el padre Pancho la bautizara con el nombre de El Señor de “El Amparo”, poniendo como fecha para festejarlo el último domingo del mes de mayo. 

Año con año se sigue festejando en una gran fiesta en donde acuden una gran cantidad de familiares de los antiguos mineros y personal que laboró en estas tan importantes minas. 

Se hace un novenario y el día domingo una gran fiesta religiosa y pagana, la tradición más arraigada además de las visitas a las bocaminas es que los visitantes de los alrededores lleguen a caballo, concentrándose en el pueblo una gran cantidad de jinetes. 

Antes se oficiaba una misa en la bocamina principal, pero esta tradición se fue perdiendo y uno de los nativos de este lugar don Faustino Hernández Hernández, sugiere que se haga en ese lugar donde dieron tantas personas su vida, una capillita. Es así como esta tradición de visitar un pueblo que durante todo el año luce casi vacío sigue viva gracias a aquellos que no olvidan el terruño. 



Fiesta del Señor, Septiembre de Oconahua: (Celebración de San Miguel) La fiesta dedicada a este arcángel comienza el 20 de septiembre y se prolonga hasta el día 29, fecha marcada como suya en el calendario litúrgico. El día 20 se hace un recorrido por el pueblo que culmina en la iglesia donde, a la “Hora Santa” (las ocho de la noche) se reza un rosario para dar gracias a Dios e iniciar los festejos dedicados a San Miguel. 

El día 21 por la mañana se canta “el alba”, se dice un rosario, se realizan cánticos acompañados con una banda de música y sobre todo se canta el himno a San Miguel. A la caída de las noches se recorre de nuevo el pueblo y se reza el rosario en la iglesia. Entre los días 21 y 27 se repite esta liturgia, y sólo el 28, al cumplirse el novenario, se realiza la peregrinación de las espigas, que es la romería mayor e involucra a todo el pueblo. 

Al día siguiente, 29 de septiembre, tiene lugar la celebración de “la mera fiesta” del arcángel, se dice una misa, se hace un recorrido por el pueblo, hay música, se come y se bebe en abundancia, y llega a haber excesos. 

A la peregrinación de las espigas asisten numerosas personas de otros pueblos, quienes por lo general son devotos de San Miguel. En ocasiones estos forasteros cooperan para la realización de la peregrinación e inclusive muchos de ellos son formalmente invitados, pero ello depende, en buena medida, del grado de organización que hayan logrado los vecinos de Oconahua para la realización de los festejos. 

Algunas familias, para marcar su estatus material o para simular que lo tienen, cubren los costos de un día de celebración, que consisten en el pago de cohetes, música y liturgia. En años recientes la fiesta del aniversario de San Miguel, que corresponde al 29 de septiembre, ha devenido en una suerte de “fiesta del ausente”. 

Las festividades ofrecidas al arcángel son tan importantes para los habitantes de Oconahua, que los que se han ausentado —sean los emigrados a Estados Unidos, los que viven en Guadalajara u otros— vuelven para obsequiar y agasajar con sus familias y amigos.

Así, no sólo se re-arraigan simbólicamente a su terruño quienes han debido emigrar, por la razón que fuere, sino que, y sobre todo, se renuevan y fortalecen las viejas y nuevas identidades, las de grupo y las individuales. 


– En Tradiciones Orales – 

Leyenda de la Cruz de Quezada: La Cruz de Quezada, que es la que se encuentra en la parte plana del cerro que lleva su nombre, en donde se le construyó un mirador, tiene su origen en un hecho diabólico, ya que según se dice en algunas noches se veía bailar al demonio en ese lugar rodeado de lenguas de fuego y en un árbol que se encontraba en el lugar un hombre colgado. Fueron varias las personas que vieron esta escena y escucharon los alaridos del demonio, por lo que el padre Quezada, acompañado de otras personas, fue al lugar y lo bendijo, cortó el árbol y con él mandó construir una cruz, que se colocó en donde se apareció el demonio. 


Leyenda de Juan Minero: En este mismo cerro de Quezada tiene lugar la leyenda de Juan Minero, una de las más conocidas en la región, pues va asociada a la importante compañía El Amparo Mining Company. La leyenda relata que un empleado de la mina, de nombre Juan, era encargado de trasladar en su recua el mineral extraído mediante un recorrido por el cerro de Quezada hasta el tren. 

Asaltado y victimado en el cumplimiento de su deber, dio origen a la leyenda de “Juan Minero”, quien a decir de la gente, aún recorre con su lámpara el cerro por las noches en busca del tesoro robado, y es posible ver la luz bajando por el dicho cerro: “se cuenta de un ex -minero de las minas del El Amparo Mining Company, que baja diariamente por el cerro de la Cruz de Quezada, alumbrándose con su lamparita de carburo y hasta hace poco tiempo se veía bajando a ‘Juan Minero’ con su lucecita”. Los enterados en estos fenómenos explican de una manera fría y concluyente que estas luces no son otra cosa que los llamados hechos comunes en regiones mineras, producto de explosiones espontáneas de gases subterráneos; definiciones que no satisfacen la imaginación de los coterráneos.


Leyenda la Confesión de un Difunto: El padre Mojica, quién al parecer en cierta noche llegaron dos hombres tocando la puerta, pidiendo que el Padre Mojica fuera a confesar a una persona que estaba agonizando por la calle de Ocampo. El Padre tomó su breviario y se dirigió con los dos hombres a la casa que estos señalaron, al llegar a la casa, en una cama se encontraba un hombre moribundo, al cual el padre confesó. Terminando la confesión salió y se retiró a sus aposentos. Justo al llegar se dio cuenta que se le había olvidado su breviario. 

Al día siguiente fue a la casa donde realizó su confesión y se encontró con que era una casa sola por mucho tiempo, donde vivió un hombre que fue asesinado hacía ya mucho tiempo por dos sujetos, por causas desconocidas. 

El Padre Mojica logró entrar a la habitación donde había hecho la confesión y justo en tal lugar encontró su breviario olvidado. Es así como esta leyenda cuenta la situación de un asesinato de un hombre que murió sin confesión y después sus mismos malhechores le dieron la gracia de confesarse para estar en paz. Leyenda de Fray Juan Calero: (Bollullos de la Mitación, 1500, Tequila, 5 de junio de 1541) fue un fraile franciscano fundador de la ciudad de Tequila (Jalisco), en México y constructor de varios conventos en la zona. 

Es conocido por ser el primer mártir español en América. Nació en la localidad sevillana de Bollullos de la Mitación fue albañil de profesión hasta que decidió dedicar su vida a Dios en el año 1525, cuando se encontraba trabajando en las obras de construcción del convento de Loreto situado entre Bollullos de la Mitación, Espartinas y Umbrete. Hacia el año 1527 decidió unirse a la expedición evangelizadora junto a conquistadores como Cristóbal de Oñate. 

La labor de Fray Juan Calero empezó a intensificarse a partir de 1530 en la comarca mexicana de Valles. Una de las principales obras de Fray Juan Calero fue la fundación de la ciudad de Tequila y la construcción de los conventos de las localidades de Ahualulco de Mercado y Etzatlán, lugar en el que se instaló y donde está enterrado. 

Los problemas para el franciscano llegaron con la guerra del Mixtón, una sublevación indígena encabezada por Coaxicar ante los abusos de algunos conquistadores españoles, quienes dieron al traste con el proceso de evangelización al tratar de eliminar toda la cultura prehispánica, a lo que los nativos se opusieron con violencia. 

En mayo de 1541, los nativos de Tequila, Ahualulco y Ameca se unieron a la rebelión, remontándose al cerro de Tequila, guiados por Tenamaxtle. 

El 5 de junio, fray Juan Calero, en un intento por frenar el levantamiento, fue al cerro a pacificarlos, invitándolos a bajar, pero fue sacrificado a flechazos y pedradas. 

Los rebeldes despojaron al franciscano de sus hábitos, le sacaron los dientes y le quemaron la cabeza. Tras ser martirizado, el religioso permaneció a la intemperie durante cinco días. Según cuenta la leyenda, su cuerpo, que exhalaba olor a flores, fue hallado incorrupto el 10 de junio y trasladado al convento de Etzatlán.

A partir de ese momento, el lugar en el que se encontró su cadáver se convirtió, gracias al fervor de quienes le conocieron, en una especie de santuario alrededor del cual se formó, años después, una ciudad a la que bautizaron como San Juanito de Escobedo en su honor. Los cronistas locales aseguran que el fraile fue asesinado en el lugar que ahora ocupa el altar de la iglesia de dicha localidad. 

Al martirio de Fray Juan Calero siguió el de otros tres franciscanos que, como él, cayeron a manos de los nobles indígenas insurgentes: Fray Antonio de Cuéllar, Fray Francisco Lorenzo y Fray Juan Francisco. El nombre de Oconahua: Corre la leyenda, que los aztecas en su peregrinación hacia el sur, buscando donde edificar su santa ciudad capital, pasaron por el poblado de Ocohanua, donde estaban lavando ropa las mujeres a la orilla del arroyo. 

Un águila llegó y se paró en un nopal, los aztecas que habían llegado la vieron, y se regocijaron porque eso les indicaba que ahí fundarían su ciudad, pero las indias se asustaron con el águila y arrojándole agua la espantaron. Por ello los aztecas continuaron su peregrinación hacia el sur para fundar Tenochtitlan. 

Hoy a Oconahua se le conoce también como México chiquito.


Los dulces de “Don Salva”: Un gran legado ha dejado, Salvador Méndez Lías, mejor conocido como “don Salva El Dulcero”, mismo que con mucho amor siguió la tradición de su padre don Atanasio Méndez y la heredó a sus sobrinos María Celia Gómez Lías y a su esposo Javier Gómez Esteves. María Celia nos comenta que su tío Salva, nació en Etzatlán, el 14 de septiembre de 1913 y que empezó a hacerse cargo del negocio a los 14 años, cuando falleció su padre. Los dulces que hasta la fecha siguen haciendo con la misma calidad de materia prima y cariño son los siguientes: Jamoncillo, cocadas de leche, orneada y blanca, guayabate, camote, calabaza, queso Nápoles, naranja agría, merengues, bolitas de leche y de menta, garapiñado, pan salchichón, ojo de buey, polvorón y galletas de horno, también en la temporada la jalea y dulce de tejocote. 

Esta es la gran variedad y todo elaborado a la usanza antigua con los ingredientes y utensilios de siempre. 

Hasta aquí lo que nos plática María Celia, pero también entrevisté a Paloma Domínguez quién fuera su empleada durante algún tiempo. Nos dice Paloma Domínguez: -“Yo lo conocí muy bien porque le ayudaba a elaborar los dulces, fue un hombre solitario, nunca se casó y tenía dos hermanos más, una hermana igual que él soltera, que se llamaba María y Silverio, este si estaba casado y también se dedicaba a lo mismo. Tenía muchos sobrinos siempre acompañándolo.

Nunca se enojaba y aunque era muy serio a nadie le faltaba al respeto y le gustaba ir personalmente a hacer su mandado. Él hacía los dulces de mucha calidad nunca les salían ahumados, por lo regular eran los martes cuando los elaboraba y como diario le picaba la cama y se levantaba a las seis de la mañana y a puro hornear, sus comidas y a seguirle. Cuando lo conocí no estaba tan viejo, andaba como en 40 o 45 años y nunca lo vi flojear, siempre lo vi cargar con sus dulces hacia la Plaza, solo que estuviera de verdad muy enfermo, no lo hacía. En las fiestas de octubre se le amontonaba la gente, por lo que necesitaba quién lo ayudara, en esos días le aumentaba el trabajo al triple. Acostumbraba los domingos ir a misa de seis, decía que para aprovechar más el día”. Estos son los recuerdos de Paloma, muy gratos por cierto, ella me comentaba y tal vez sean los recuerdos de cuantos tuvieron la fortuna de conocerlo. En la actualidad son varias las personas, familiares entre sí, los que siguen con esta tradición, situados en el mismo lugar que hace más de 50 años la gente ubica como: “la esquina en donde están los dulces de don Salva”. 


Los Agüilotes Azucarados: La igualama, uvalama o agüilote, es una planta nativa de Sonora perteneciente a la familia de las Verbenáceas.

Los agüilotes es un arbusto grande o árbol siempre verde que llega a alcanzar hasta 20 metros de altura; su tronco llega a medir 1.2 metros de diámetro; ramas con hojas en grupos de 3 a 5 hojas, con pecíolos (tallito que une a la hoja con las ramas) cortos; flores con corola azul o blanca con un labio violeta, o con un labio superior lila oscuro; frutos comestibles negros o negro azulados, casi esféricos de 10 a 20 milímetros de diámetro. 

La floración ocurre en la primavera, expidiendo un perfume que resulta irresistible a sus polinizadores; entre ellos, las chupar rosas. Como en muchas localidades de esta zona, este árbol se encuentra comúnmente en las cañadas o arroyos. 

Entre los usos del agüilote tenemos que el ganado consume las hojas como forraje y los frutos maduros pueden comerse frescos o como un rico postre cocidos con piloncillo y canela. – En Técnica Artesanal – Ebanistas o Carpinteros: Ebanistas o carpinteros en Etzatlán tienen, no solo la infraestructura de industria cuentan con las bases artístico artesanales que dan originalidad, calidad y estilo y los muebles fabricados en nuestra localidad son vendidos con los estándares internacionales por lo que es considerado un patrimonio municipal que da prestigio y personalidad. 


Sastrería Artesanal en Charrería y Grupos Musicales: Hablar de Etzatlán y su proyección foránea en calidad de productos originales de nuestra localidad es hablar de sus productos de sastrería, únicos auténticos y artesanales que son afamados en la región y dentro y fuera del país. Sastres de primer nivel y productos que dan prestigio forman parte del acervo que brinda identidad a Etzatlán. – En Música y Danza – Danza de Conquista de Etzatlán: En Etzatlán, es mucha la devoción que se le tiene a La Santa Cruz, pues, a partir de que él Conquistador don Nuño Beltrán de Guzmán, instaló la primera Cruz, en un peñasco en la ribera de la laguna de Magdalena, en 1530, año con año se le ha rendido culto, pero no fue que hasta, 1716 que el padre fray José Orozco, O. F. M., hizo un llamado a los vecinos de los barrios que conformaban los cuatro puntos cardinales, para que instalaran una Cruz, siendo los siguientes: El Pasito, al norte; La Cajita del Agua, al sur; La Casa Blanca, al oriente y La Garita, al poniente. Después el mismo pueblo fue instalando, conforme crecía otras cruces más, siguiéndole la que se encontraba en el tercer cementerio, en el mismo lugar donde se encuentra hoy La Cuevita Santa y esta fue llamada, La Cruz del Calvario, esto fue por el año de 1826, la quinta Cruz y hasta el día de hoy la más famosa, fue la que instaló él padre Toribio Quezada. 

Después se instalaron otras cruces como la de la misión de fray Buenaventura Sandoval, otra en La Casa Blanca, otra, La Cruz de los Mártires de Etzatlán, la de Los Colonos, también la de Los Hijos Ausentes y otras más. 

El dos de mayo, se llevan a las ermitas que pertenecen, igual como fueron traídas, acompañadas por los feligreses del barrio y algunos visitantes de otras partes, rezándose el santo rosario, acompañado con la música. 

En el barrio de la Cajita del Agua, es donde se encuentra una de las primeras cruces instaladas en el pueblo, que data de más de 270 años y ya es una costumbre que además de los festejos, se lleve a cabo el famoso “Relate” o Danza de la Conquista, mas delante daremos un pormenor, ya que es parte muy importante de nuestras tradiciones, donde de una manera muy especial se recuerda a una antigua leyenda de la época de la conquista. 

A la llegada de los españoles por estas tierras, los misioneros franciscanos en su afán de doctrinar a los nativos de estos lugares, hacían representaciones de cuadros bíblicos, con los parajes más representativos como la navidad, semana santa y otras. 

Acostumbraban también poner cruces a “los cuatro vientos” o cuatro puntos cardinales, para que el demonio no entrara a la población. 

De esta manera fue como en Etzatlán tuvo arraigo la celebración del día de la Santa Cruz, formándose en los barrios donde estaban apostadas las cruces, grupos de vecinos que le rendían pleitesía y rescatando aquellas danzas en donde se recordaba la unión entre iberos y nativos del nuevo mundo.

A través de los años fueron modificando su representación, ya sea por olvido y rescate o simplemente por conveniencia.

Fuente: Gaceta Municipal de Etzatlán, con fecha del publicación: 23 de Junio de 2014

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20 marzo 2025

Canciones de Etzatlán



Etzatlán, tiene entre sus pobladores, un semillero de artistas, de los cuales, la inspiración florece, entonando melodías magnificas, y como homenaje, los mismos pobladores se han dedicado a honrar su pueblo natal, y con sus letras entonan melodías sin igual. A continuación, se enlistan las canciones populares, inspiradas en este municipio, su riqueza, y cultura:

"Canción de Etzatlán", interpretada por músicos en el Kiosco de Etzatlán:

Ref: https://www.youtube.com/watch?v=nFbh9Bs6Scs

Sobre esta melodía, puedes conocer un poco más, en nuestra nota: "Marcha de Etzatlán (canción), la cual puede leer en la siguiente dirección electrónica:

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"Canción de Etzatlán (Instrumental)" interpretada por: Banda la Selectiva:

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"Etzatlán, Pueblo Bendito", compuesta por el extinto Telesforo Barrios: "El Tecoro", interpretado por Nayeli Velarde:


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"Mi Lindo Etzatlán", compuesta por José Trinidad Alvarado Siordia "El Fanda", interpretado por el autor, en acompañamiento del Mariachi Los Alazanes de Jalisco:


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"Etzatlán" interpretada por Juan Manuel Hermosillo:

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"Etzatlán" interpretada por el tecladista Lauro Gutiérrez Limón.


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"Canción de Etzatlán" interpretada por el tenor, David De la Mora:


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"Navidad en Etzatlán", compuesta por el C. Enrique Parra Ron.



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