Las cruces de Etzatlán, Jalisco, son un conjunto de monumentos religiosos profundamente arraigados en la identidad cultural y espiritual del municipio. Estas cruces no solo representan la fe católica, sino que también son testimonio de la historia, las leyendas y las tradiciones que han moldeado a esta comunidad a lo largo de los siglos.
🕊️ Historia y Significado de las Cruces Etzatlán.
Cuenta con al menos diez cruces tradicionales, algunas de las cuales datan del siglo XVIII. Las más antiguas fueron colocadas en 1778 -como consta en el libro de gobierno de la parroquia de la Purísima Concepción de Etzatlán-, situadas, en los cuatro puntos cardinales del pueblo:
Colocada al este, (https://maps.app.goo.gl/GgWfmGVu1ikrQRaY8) su nombre indica una función de vigilancia o resguardo, protegiendo al pueblo de influencias externas.
Su ermita, se encuentra ubicada en Calle: González Ortega, entre: Hidalgo y Colón;
Localizada al oeste (https://maps.app.goo.gl/krmn2X9DoBymUdw47), su denominación podría estar relacionada con una construcción cercana o con la idea de pureza y paz.
Su ermita, se encuentra ubicada en Calle: Colón#18, entre Leandro Valle, y Everardo Topete;
La Cruz de Casa Blanca 2:
Su ermita, se encuentra ubicada en Calle: Escobedo, esquina con Leandro Valle, contra esquina con DIF;
Estas ubicaciones no solo tienen un significado geográfico, sino que también representan la protección espiritual en todas las direcciones del pueblo, toda vez que fueron erigidas con la intención de proteger a la población de las fuerzas del mal, circundando la localidad con altares dedicados a la cruz.
✝️ Cruces Posteriores:
Con el tiempo, se añadieron otras cruces significativas:
Ubicada en un cerro cercano al pueblo, según la leyenda, en 1879, el Padre Quezada observó una luz brillante en el cerro y, al investigar, encontró una cruz luminosa. Interpretando esto como una señal divina, mandó construir una cruz en ese sitio, la cual se convirtió en un lugar de peregrinación y devoción para los fieles.
Su ermita, se encuentra ubicada en Calle: Vicente Guerrero, entre: Morelos y Nicolás Bravo;
Fotografía encontrada de página "Etzatlán News"
En trabajos de mantenimiento, se encontró esta frase que probablemente, escribió el propio Padre Quezada, la cual, reza lo siguiente: "Padre santo, te amo, te alabo, te adoro, te bendigo, te glorifico, con Jesús, en Jesús, por Jesús, con las fuerzas del espíritu Santo. Amén."
Con fecha del 18 de mayo de 2025, se realizó el recorrido de la Santa cruz de Quezada a su peña, en lo alto del cerro.
Extracto de video, filmado por perfil: "Miradas de mi pueblo"
Su nombre sugiere una asociación con el lugar de la crucifixión de Jesús, representando el sacrificio y la redención. Se encontraba en el tercer cementerio del pueblo, en el mismo lugar donde se encuentra hoy la cuevita santa, esto fue por el año de 1826.
Su ermita, se encuentra ubicada en Calle: Avenida Patria, cruce con Escobedo, y Rancho el Chirimoyo;
Su ermita, se encuentra ubicada en calle Guatemala, esquina con México, en la colonia "La Esperanza", específicamente, en la Capilla San Antonio de Padua.
Cada una de estas cruces tiene su propia historia y relevancia dentro de la comunidad, reflejando la devoción y el compromiso de los habitantes de Etzatlán con su fe y tradiciones, son un testimonio del fervor religioso y la identidad cultural de Etzatlán. Durante las festividades del 3 de mayo, conocidas como el Día de la Santa Cruz, se realizan novenarios y procesiones en honor a estas cruces, fortaleciendo los lazos comunitarios y preservando las tradiciones ancestrales
📜 Leyenda de la Cruz de Quezada Una de las cruces más emblemáticas es la Cruz de Quezada, ubicada en un cerro cercano al pueblo. Según la leyenda, en 1879, el Padre Quezada, quien residía en el convento de Etzatlán, observaba desde su ventana una luz brillante en el cerro. Intrigado por este fenómeno, decidió investigar y, al llegar al lugar, encontró una cruz luminosa. Interpretando esto como una señal divina, mandó construir una cruz en ese sitio, la cual se convirtió en un lugar de peregrinación y devoción para los fieles.
🎉 Celebraciones y Tradiciones Cada año, en torno al 3 de mayo, Etzatlán celebra la festividad de la Santa Cruz. Los preparativos incluyen un novenario previo, durante el cual se realizan rezos y actividades religiosas en honor a las cruces. El día principal de la celebración se caracteriza por procesiones, misas y eventos culturales que fortalecen la identidad comunitaria y mantienen vivas las tradiciones ancestrales.
🌄 Turismo y Patrimonio Cultural Las cruces de Etzatlán no solo son importantes desde el punto de vista religioso, sino que también forman parte del patrimonio cultural del municipio. El Mirador de la Cruz de Quezada, por ejemplo, ofrece una vista panorámica impresionante del valle y es un destino popular tanto para locales como para visitantes. Además, el gobierno municipal ha iniciado esfuerzos para documentar y preservar estas tradiciones, reconociendo su valor histórico y cultural.
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Con fecha de 8 de Mayo de 2025, resuenan las campanas de la parroquia La Purísima Concepción de Etzatlán, en virtud a la elección del nuevo Papa
Video recuperado del perfil de la Parroquia La Purísima Concepción
Robert Francis Prevost, la biografía del nuevo Papa
Primer Papa agustino, tiene casi 70 años. Eligió el nombre de León XIV. Fue Prefecto del Dicasterio para los Obispos, elegido a las 18:07. Es el 267º Papa de la historia.
Primer Papa agustino, es el segundo Pontífice del continente americano, después de Francisco, pero a diferencia de Bergoglio, el estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, es originario de América del Norte, nace el 14 de septiembre de 1955 en Chicago (Illinois - EE. UU.), hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y de Mildred Martínez, de ascendencia española.
Nací en el año de 1500, en Bollullos de la Mitación, se trata de una pequeña provincia de Sevilla, ubicada a unos 17 kilómetros -aproximadamente-, en el corazón de la comarca del Aljarafe, España.
Dediqué un tiempo de mi vida al oficio de albañil, y no fue hasta en tanto cumplí los 25 años, que decidí dedicar mi vida, cuerpo y alma, a nuestro santo padre, siendo la orden franciscana mendicante, la cuna de mi misión -dando inicio-, en el convento de Loreto, lugar en que trabajé en la construcción.
Pasaron los años -y a su vez-, fui alimentando mi alma con la vida y esencia del señor, aprendiendo muchas cosas hermosas, y -hacia el año de 1527-, me uní a una expedición evangelizadora, rumbo al nuevo mundo, el trayecto fue largo, poco y nada me importaba, ya que la misión, era llevar la palabra de nuestro padre, para mostrarles el camino del amor. Es por ello, que no importaba la distancia, firme era mi convicción.
Después de varios días, llegue a una pequeña comarca en de los valles, en nueva Galicia, con los años, y por la gracia de Dios, pudimos fundar -con ayuda de Cristóbal de Oñate, junto con grupos de naturales-, la hermosísima villa de Santiago de Tequila, lo anterior, con fecha del 15 de abril de 1530, siendo el encomendero al que fue dada esa nueva población: Juan de Escárcena. Así mismo, - valiéndome la pericia en la construcción gracias a mi anterior oficio-, erguimos varios conventos, escuelas, y hospitales en muchas localidades, algunas de ellas fueron en Ayahualulco, y Ezatlán, en este último, fue que me instalé, y en donde por muchos años me quedaré. Hecho que -además de predicar-, me dediqué a la construcción de asentamientos llanos y accesibles para los naturales, a quienes también enseñé el oficio de la albañilería.
Todo era maravilloso, conocí hombres y mujeres excepcionales, trabajadores, yo les hablé del amor de Dios, y sobre su benevolencia.
Debo confesar que al principio me resulto un tanto tedioso, lo anterior, en virtud de que su lengua natural -el náhuatl-, me era extraña, pero eso no resultó una barrera para mi, ya que -por gracia de Dios-, encontré la manera de aprender a hablar como ellos, y fue solo así, que pude realizar mi labor.
Era imperante que el nuevo mundo conociera la palabra de nuestro padre, y su sufrimiento, para con ello, pudiésemos regocijarnos en su gloria, y así -siguiendo sus pasos-, y así llegar a conocer el paraíso, todos juntos, como hermanos, hijos de Dios.
En 1541, se desató lo que el hombre llamó: la Guerra del Mixtón, donde una sublevación de nativos del nuevo mundo, y su líder: "Oaxicar", se levantaron en contra de los malos tratos que recibían por parte de los llegados de viejo mundo - naturalmente-, yo nunca estuve a favor de esa clase de atrocidades, por lo que siempre acudía en defensa del desvalido.
Fue en una de estas ocasiones que, en Atlictic, con fecha del 5 de junio de 1541, en un intento por frenar estos levantamientos, fui ultimado en un cerrito, por varios naturales insurgentes. A mi lado, otros tres hermanos míos padecieron el mismo destino que yo, sus nombres, eran: Fray Antonio de Cuéllar, Fray Francisco Lorenzo, y Fray Juan Francisco;
La forma en que sucedió, me parece un tanto triste recordarla, pero sufrí mucho, pero para mi, aquello no tuvo importancia, yo di la vida en nombre de Dios, su voluntad fue que llevara su palabra, y así fue, sin importar nada de lo que a mi cuerpo le pasara, sin importar días y días de largas caminatas, días de hambre, días bajo el fuerte y gélido viento, y el abrazador cobijo del sol, todo era parte de su divino plan, y yo, solo era un simple vocero.
Lo único que pude hacer al ver que aquello pasaría, no fue más que arrodillarme, alcé la mirada al cielo, para agradecer al señor por todo su amor, implorando el perdón, para las almas de aquellos hombres.
Después de 10 días, mi cuerpo fue localizado, confío en que el señor se apiado de mi, ya que permitió que los hombres me encontraran en un estado incorrupto, recuerdo que me sentía en un campo de flores, caminando rumbo al cobijo de nuestro padre, cuando me llevaron de regreso al convento de Ezatlán, fue tan hermoso... Lo que queda de mi cuerpo, aún se conserva aquí.
Fray Juan Calero, fue victimado a manos de los naturales, incluso con saña pues, por ejemplo, fray Juan Calero –considerado por los franciscanos cronistas de aquel tiempo como el “primer mártir de la Iglesia Indiana por la fe de Jesucristo”, fue asaeteado, pero como aún no moría, con una porra le rompieron todos los dientes y la boca diciéndole “…que ya no les predicaría más cosas del cielo ni del infierno ni les era menester ni querían su doctrina”. En tanto, con todo aún no moría, lo lapidaron para rematarlo.
Murió en el cerro de Tequila a manos del infiel chichimeca, el 5 de junio de 1541 y fueron muertos con el fraile tres indígenas ya conversos que lo acompañaban.
El lugar en el que se encontró su cadáver se convirtió, gracias al fervor de quienes le conocieron, en una especie de santuario alrededor del cual se formó, años después, una ciudad a la que bautizaron como San Juanito de Escobedo en su honor. Los cronistas locales aseguran que el fraile fue asesinado en el lugar que ahora ocupa el altar de la iglesia de dicha localidad.
"...Sufrió doloroso martirio,
muy poco tiempo antes de que muriera Pedro de Alvarado. Calero es el primer mártir en la Nueva España, pues aun cuando antes habían muerto el Padre
Juan Díaz, Cristo balito y los niños de Tlaxcala, el primero fue en un asalto sin saber de quién se trataba y los segundos por su fe; mientras que Fray
Juan fue por predicar a los indios sublevados y con la certeza de que iba
morir, pues antes de ir al martirio se preparó cristianamente a la muerte. Su
superior el buen Fray Antonio de Cuéllar, muy pocos días después (12 de agosto) había de recibir la misma muerte casi en el mismo lugar y con idéntica
crueldad, pues una de las flechas le entró por la boca y le salió por el cerebro,
fue recogido moribundo y falleció al día siguiente."
Fuente del texto anterior: "ACLARACIONES HISTORICAS, FRAY ALONSO DE MOLINA", página: 349, párrafo quinto, de fecha 30 de octubre de 1923.
Haber llegado hasta Etzatlán no fue nada fácil. Como en todo en la vida, se hicieron necesarias ciertas buenas relaciones para lograrlo. Éstas se llevaron a cabo ni más ni menos que con fray Martín de Valencia a quien se le pidió que enviase desde Michoacán a algún fraile, cosa que concedió mandando a fray Martín de Jesús, o de la Coruña como también se hacía llamar quien vino, como un regalo para nosotros, acompañado de otros dos hermanos en religión, siendo ellos quienes fundaron los conventos enunciados más arriba. Desde Axíxic fray Martín de la Coruña, se descolgó hasta Tetlan, donde se encontraba el padre Segovia para tratar con él la fundación del convento de Etzatlán.
Los problemas bélicos de la zona caxcana provocaron el peregrinar de la nueva ciudad
por los márgenes de la barranca del río Santiago, primero Tonalá y luego Tlacotán. El año de
1541 es referido como fecha de enfrentamientos y de martirio de frailes, puesto que fray Antonio Cuellar y fray Juan Calero fueron cruelmente sacrificados, el primero cuando regresaba de
participar en la reunión capitular de la Orden en la ciudad de México, fue atacado en las cercanías de Ameca; y el segundo en la sierra de Tequila al intentar pacificar a un grupo de indígenas
después de haber salido de Etzatlán
La Guerra del Mixtón complicó más las cosas, inclusive el virrey de Mendoza tuvo que intervenir en la pacificación, por otra parte, Oñate llevó indígenas que apoyaran el enfrentamiento, Tonalá y Tlajomulco fueron los sitios que aportaron los recursos humanos, provocando un fuerte despoblamiento en los apenas reestructurados sitios. El triunfo hispánico del enfrentamiento del Mixtón propició que Cristóbal de Oñate premiara a los que participaron en él y, previendo algún futuro ataque indígena en aquella zona, trasladó indios caxcanes y tequexes a Nueva Galicia, para lograr la definitiva pacificación regional.
Parte de sus restos, yacen al interior del convento de Etzatlán (Parroquia la Purísima Concepción), siendo sepultados, donde también vivió y desempeñó parte de su obra como misionero y fundador.
Antes de que ello ocurriera, se encontraban en el Templo de San Francisco de Asís, en Guadalajara, más sin embargo, después de un terrible incendio ocurrido el 14 de abril de 1936, fueron trasladados al convento de Etzatlán.
La lápida, se encuentra a lado izquierdo, empotrada a la pared, justo al lado de donde los padres ofrecen misa, la cual -con el permiso de Fray Cristian-, se pudo realizar una filmación de la misma:
Inscritas, se encuentran una locución en latín, que reza lo siguiente:
"RETRO HOC SUB LAPIDE, ORD. MINORUM QUATUOR, QUI PRO CONDENDA FIDE, MULTIFARIOUS EXCARNIFICATI MARTYRIUM SUNT ADEPTI RELIQUIAE QUIESCUNT."
La cual, se le puede interpretar de la siguiente manera:
"BAJO ESTA PIEDRA, SE ENCUENTRAN CUATRO DE LA ORDEN DE LOS MENORES, QUE POR SU FE, FUERON EXCARNIFICADOS HASTA EL MARTIRIO, SUS RELIQUIAS REPOSAN AQUÍ."
Fundó la población de Santiago de Tequila, hoy Tequila, Jalisco:
Los frailes franciscanos se instalaron en la zona poco después, venían de Etzatlán y eran guiados por un religioso conocido como Juan Calero. Este último fundó un poblado con naturales del cerro del Chiquihuitillo el 15 de abril de 1530 y lo llamó Santiago de Tequila. Nuño Beltrán de Guzmán, flanqueado por su ejército, pasó por la región y tiempo después la tribu tecuexe fue obligada a abandonar sus asentamientos en la barranca. Los naturales se rebelaron en lo que fue conocida como la Guerra del Mixtón y no se rindieron por el resto del siglo XVI. En el año de 1600, un fraile agustino terminó de pacificar a los nativos de la zona, mientras que las autoridades españolas trasplantaron a Tequila dos tribus de la etnia cazcán que provenían de Tlaltenango.
Fray Juan Calero del Espíritu Santo, El español Cristóbal de Oñate conquistó la región de Tequila en 1530 acompañado por un grupo de franciscanos, encabezados por Fray Juan Calero. Éstos poblaron el sitio actual de Tequila con grupos de naturales traídos del cerro del Chiquihuitillo, fundando la población de Santiago de Tequila el 15 de abril de 1530, la cual se dio en encomienda a Juan de Escárcena. A principios de 1541 tuvo lugar una insurrección de los indios, a la que se unieron los de Tequila, Ahualulco y Ameca, remontándose al cerro de Tequila. Fray Juan Calero intentó pacificar a los insurrectos pero no obtuvo buenos resultados y fue asesinado el 5 de julio. Sus restos fueron trasladados al convento de Etzatlán.
El 9 de noviembre de 2007, el pueblo de Bollullos de la Mitación de España, y Etzatlán, Jalisco, firmaron carta de hermanamiento, como forma de conmemorar la vida, y obra de Fray Juan Calero:
Estos documentos, obran en físico en unos cuadros ubicados en la oficina de la dirección de Casa de la cultura de Etzatlán.
El apellido Calero, del fraile, es de las familias más antiguas del pueblo junto a los Godoy, Gallego, Lora o González; Calero de origen cántabro; se debía a que era una profesional de la cal, algo que viene avalado por su intensa trayectoria en la construcción y como jefe y director de obras. De hecho, otra de las confirmaciones apunta a que Fray Juan Calero participó y apoyó la construcción del Monasterio de Loreto (Espartinas, Sevilla) antes de marcharse a América, según continuó el Consistorio.
En su estancia en el Novohispano Virreinato, el fraile franciscano dirigió las obras de una iglesia en Ahualulco de Mercado que aún sigue en pie, y de un santuario.
Como curiosidades de los vestigios de Fray Juan Calero, podemos citar que el pueblo de San Juanito de Escobedo viene por su gracia….También, por ejemplo, se conoce allí su “ leyenda “ : La que narra el trágico final que tuvo Fray Juan Calero o del Espíritu Santo; se dice que este evangelizador fue al cerro de Tequila a pacificar a los aborígenes que se habían sublevado pero a sus ruegos para que bajaran los rebeldes, recibió por respuesta flechas y piedras; después los belicosos indios lo despojaron de sus hábitos y lo colgaron en un ídolo que adoraban. Haciendo una breve reseña de la población de Tequila, podemos decir que Cristóbal de Oñate conquistó la región. A su llegada los naturales levantaron albarradas para defenderse en el cerro de Teochtinchán o Teochtenchán; pero al cerciorarse que todo era inútil, lo recibieron en paz.
El arribo del conquistador acaeció en abril de 1530. Los franciscanos encabezados por Fray Juan Calero, poblaron el sitio actual de Tequila, con grupos amerindios traídos del cerro del Chiquihuitillo, fundando la población de Santiago de Tequila el 15 de abril de 1530; la cual se dio en encomienda a Juan de Escárcena.
A principios de 1541 tuvo lugar una insurrección de los indios tecoxines y de los caxcanes, que se extendió de la sierra de Tepec a Tlaltenango, Xochipila, Nochictlán y Teocaltech. Coaxicari, fue el jefe en el occidente y Tenamaxtli, llamado ya Diego Zacatecas, en el norte. En mayo de 1541, los naturales de Tequila, Ahualulco y Ameca se unieron a la rebelión, remontándose al cerro de Tequila, guiados por Tenamaxtli. Fray Juan Calero, o del Espíritu Santo, fue al cerro a pacificarlos, invitándolos a bajar, pero fue sacrificado a flechazos y pedradas, despojándolo de sus hábitos y colgándolo en el ídolo que veneraban.
Los naturales de Tequila y Ameca también dieron muerte a Fray Antonio de Cuellar, guardián del convento de Etzatlán, quien había procurado por medio de la meditación evitar una sangrienta guerra. Allá en la Nueva España hasta bonitas representaciones de Fray Juan Calero evangelizando a jóvenes indios
Con fecha del 28 de agosto de 1859, fueron extraídas de sus urnas, y arrojadas al suelo, las reliquias de los Mártires del Convento de Etzatlán, acción, ejecutada por los constitucionalistas, seguidores de Juárez.
En el año de 1860. El cuartel de los juaristas en Guadalajara, era el Templo de San Francisco. Se rumoró que algunos de los soldados ocupantes, originarios de Etzatlán, localizaron la cripta de los restos de los Primeros Mártires, los exhumaron y llevaron de regreso al Convento de Etzatlán.
Es posible que fray Juan Calero de la Esperanza y del Espíritu Santo, fundador y residente del convento de Etzatlán, haya visitado todavía el Tzapopan prehispánico, logrando que muchos lugareños se convirtieran al cristianismo y lo ayudaran a que aquellos que vivían apartados en otros sitios fuera de su lugar de origen, “… morasen en comunidad y formaran pueblos ordenados en trazas como se usaba en España”
Por parte del Ayuntamiento de Bollullos de la Mitación, con fecha del 24 junio del 2024, se transmitió por sus redes el Documental: "El Misterio de Fray Juan", Con motivo del 480 aniversario de la muerte de Fray Juan Calero, misionero y evangelizador de Bollullos en México, donde fue conocido como el primer mártir en la historia de América. Mismo, que se puede ver a continuación, en él, se puede conocer más sobre este emblemático personaje:
- Ma Claudia Ventura Hernández, encargada de la Biblioteca pública de Etzatlán "Lic. Agustín Yáñez", por el video - entrevista realizada al profesor Cuauhtémoc Domínguez Farías;
- Director del Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE), el Sr. Alfonso Gentil Álvarez-Ossorio, por el video: "Documental - El Misterio de Fray Juan";
- Carlos Enrique Parra Ron, por documento en imagen de: "Unidos por Fray Juan Calero"
- Profesor Cuauhtémoc Domínguez Farias (Cronista municipal de San Juanito de Escobedo), por la documentación proporcionada, y la copia de su libro: "Fray Juan Calero, y su paso por el antiguo pueblo de San Juanito de Escobedo".
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La Procesión del Silencio en Etzatlán es una tradición religiosa que se lleva a cabo durante la Semana Santa, especialmente el Viernes Santo.
Se caracteriza por el recogimiento y la reflexión, con los participantes portando cruces de madera y, en algunas ocasiones, pañuelos con coronas de espinas.
La procesión generalmente comienza en la Parroquia de Etzatlán y recorre las calles del pueblo, con la participación de la mitad de la población y la otra mitad observando.
Elementos clave de la Procesión del Silencio en Etzatlán:
Recogimiento y silencio: La procesión se caracteriza por la ausencia de música o cantos, promoviendo un ambiente de reflexión y devoción.
Atuendo y cruces: Los participantes, visten atuendos oscuros, largos, usando una máscara en forma de pico, así como también, en sus pies llevan amarradas cadenas que suenan al momento en que caminan, algunas personas van descalzas por todo el camino, al sonido del tambor que va al inicio de la procesión.
Marcha nocturna: La procesión generalmente se realiza durante la noche, lo que añade un elemento de solemnidad y misterio.
Tradición arraigada: La Procesión del Silencio es una tradición muy arraigada en Etzatlán, con una larga historia de celebración.
Participación de la comunidad: La procesión cuenta con la participación de la comunidad, tanto en la marcha como en la observación, según el Plan de Desarrollo Municipal de Etzatlán.
Relación con la Semana Santa: La Procesión del Silencio es una de las expresiones más importantes de la celebración de la Semana Santa en Etzatlán, junto con otros eventos como el Viacrucis Viviente y la Última Cena. Estas actividades religiosas son parte de la cultura y tradición de la región, atrayendo a visitantes y lugareños.
Ejemplo de la celebración: La Procesión del Silencio en Etzatlán se lleva a cabo el Viernes Santo, siguiendo la tradición de la Parroquia. La celebración incluye la adoración de la Santa Cruz y el Rosario de pésame, culminando en la Marcha del Silencio.
Al terminar la procesión, tanto en el templo de las Hermanas Clarisas Capuchinas, como en la Parroquia la Purísima Concepción. Ofrecen el cordón bendito y cruces de palma benditos para los fieles devotos.
Fotografías y videos: Magaly González.
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